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Covid-19: ¿Cómo ha afectado la pandemia a las distintas realidades familiares?

  • Jueves 30 de abril de 2020
  • 16:20 hrs
  • Autor: Camila Barrueto Prieto

Las rutinas en cada hogar del país cambiaron por completo con la llegada del Covid-19. Muchos perdieron sus empleos, los niños y jóvenes no están yendo a clases, y existe una preocupación constante de qué es lo que irá a pasar con este virus, que a la fecha, no tiene cura y cuya única salvación es quedarse en casa.

Hace ocho semanas aproximadamente que llegó el Covid-19 a Chile, aquello ha conllevado que todas las familias del país tomen los resguardos necesarios para evitar los contagios de esta enfermedad, que al día de hoy, no tiene ningún tratamiento.

Una de acciones que se ha tomado en la mayoría de los países es la suspensión de clases en las escuelas, es por eso que la rutina de los niños se ha trasladado hasta las cuatro paredes de la casa.

Lo anterior, ha generado felicidad en los padres por tenerlos resguardados en el hogar, sin embargo, con el pasar de las semanas, la emocionalidad de las familias ha ido mutando. Las rutinas, los espacios, han ido chocando, y muchos han tenido que incluir nuevas acciones en su diario vivir para evitar un ambiente hostil.



Hay distintos tipos de familias que hoy conviven con la preocupación y la incertidumbre de esta pandemia. Están las familias que viven con adultos mayores, población de riesgo en estos momentos, las extranjeras que no pueden dejar de trabajar porque necesitan el dinero para tener un techo y ayudar a los suyos en sus países de origen, las emprendedoras que han tenido que reinventarse, entre otras. Todas han tenido que lidiar con esta difícil situación y en los próximos párrafos relatarán cómo han vivido esta experiencia. 


Viviendo con un adulto mayor

Marjorie Martínez (49), en estos momentos vive sola con su madre Ana de 78 años. Ambas expresan que lo que más extrañan, desde que llegó la pandemia al país, son los abrazos gigantes con el resto de la familia cada domingo, cuando se juntaban a almorzar. Sin embargo, entienden que Ana es parte de la población de riesgo y deben seguir todos los protocolos para cuidarla.


Marjorie debe realizar un verdadero ritual cada vez que llega a la casa. A penas se encuentra con la puerta de su vivienda, deja sus zapatos en el exterior, se pone sus pantuflas o sandalias, va directamente a la ducha, y deja toda la ropa del trabajo en la lavadora. Luego de hacer todo eso, comienza la interacción con Ana. 



Por otra parte, Ana procura no salir, ni siquiera a comprar a los almacenes de su barrio. Se entretiene haciendo la comida, el aseo, regando sus plantas, leyendo la biblia, y haciendo sopas de letras, que por cierto ya se le acabaron. “Echo demasiado de menos regalonear a mis hijas, abrazarlas fuerte. Ellas siempre me están preguntando qué necesito, muchas veces digo que nada, y pronto llegan cubiertas con guantes y mascarillas a dejarme cualquier cosa”. 


La importancia de sentirse seguros en los trabajos

“Yo vivo con la preocupación de llegar con algún bicho y contagiar a mi mamá, pero en la empresa tienen muchos protocolos para evitar el contagio”, aseguró Marjorie quien trabaja hace 14 años en Líder. Contó que lo primero que hacen cuando llegan al trabajo es tomarles la temperatura, el que sobrepasa el límite o tiene síntomas de resfriado debe irse de inmediato a la casa.


Relató que en todo el supermercado hay dispensadores de alcohol gel y que tienen a su disposición tanto mascarillas, como guantes. Reveló que el casino parece un ciber café, los puestos están delimitados y separados por unas planchas que tienen como objetivo mantener el distanciamiento social entre los compañeros. Señaló que en general los clientes son conscientes de lo que pasa y llegan con todas sus medidas de resguardo, pero siempre hay alguno que no quiere acatar. “Hay gente porfiada, es como si no amaran a sus propias familias”, reflexionó. 

Cuando eres migrante debes salir a trabajar igual

Karla Colaiannis (36), es venezolana y vive en Chile hace tres años, trabaja en la distribuidora de Lipigas RC y vive con su marido Guillermo y sus cinco hijos: Gilberto de 19, Greis de 17, Nixon de 13, Kamila de cuatro y Guillermo de un año.

La pandemia a ella la ha golpeado muy duro, porque necesita el dinero y debe salir a trabajar y exponerse igual a pesar de que sus hijos están solos su hogar. “Me preocupa porque si bien los niños están internos en la casa, mi esposo, Gilberto y yo todos los días estamos en el exterior, y podemos llevar el virus a la casa”, contó.


Producto de aquello, es que toman las medidas de higiene necesarias tanto en el trabajo, como en la casa. “Yo todos los días debo recibir el dinero y las máquinas que los choferes traen, ellos se cuidan utilizando sus mascarillas y guantes. En lo personal uso mucho alcohol gel y las superficies siempre las mantengo limpias con cloro, la oficina en la que yo estoy es sanitizada por lo menos unas dos veces al día”, contó.  

Al llegar a la casa, todos dejan sus zapatos fuera, y van directamente a la ducha, seguido de aquello, dejan la ropa en la lavadora y empiezan a interactuar con los niños. Cuenta que ha sido muy difícil tenerlos solos en casa y que los hermanos mayores han tenido que hacerse cargo de los más pequeños. 

“Los mayores cuidan a los más pequeños”

Greis cuida de los más pequeños y cuando llega Karla a la casa, ella logra tomar sus clases online. Al mismo tiempo, trata de entretenerse escuchando música e interactuando con sus amigos vía internet. “Con Nixon se me hace un poco más difícil porque le encanta salir, quiere jugar al aire libre, hacer amigos, y trato de mantenerlo en la casa con un juego que se llama Street Fighter”, detalló la madre trabajadora. 


A los más pequeños ha tratado de generarles distintas rutinas mientras ella no está. Por ejemplo, lleva dibujos y lápices de colores para que Kamila pinte. “A ella también le encantan los videos de repostería y cocina porque dice que cuando grande quiere ser chef, entonces se entretiene viendo eso”, comentó.

Continuó contando que con Guillermo han tenido que hacer algunos gastos. “Hemos comprado juguetes y pelotas para que se entretenga y refuerce sus habilidades motrices. Pero en general a los niños es complicado tenerlos siempre dentro de la vivienda. Antes se iban al colegio y al jardín mientras yo trabajaba, entonces estaban entretenidos, aprendiendo y jugando con otros niños, en cambio ahora están todo el día en casa y eso genera que a veces el ambiente se ponga tenso”, concluyó.



“En Venezuela es difícil tratar cualquier enfermedad, no solo el coronavirus”

Karla también comentó que en su país al parecer las altas temperaturas han favorecido un poco a que el virus no se propaga tan rápido. Sin embargo, el miedo es inminente porque la crisis económica genera que, no solo el coronavirus sea un problema, sino que tratar cualquier enfermedad. “La crisis allá es por cientos de otras cosas, no solo por la pandemia. Es muy triste ver la situación desde afuera, por lo menos acá puedes ir a una farmacia y hay supermercados”, recordó.

Sumado a toda esta situación, a su casa llegaron unos familiares de su esposo, ellos vivían en Santiago, pero producto de la propagación del Covid-19 y el cierre de algunas empresas, quedaron sin trabajo y no pudieron seguir arrendando el departamento en donde se quedaban, por lo que ahora hay 10 personas viviendo bajo el mismo techo.



Reinventarse: la única forma de sacar a flote un emprendimiento

Paola Garrido (42) y Rodrigo Fuentes (46) son los dueños y fundadores de Paopin, un centro de eventos infantiles en Talca. La llegada de la pandemia a Chile les ha significado la cancelación de todas las fiestas y cumpleaños programados para los próximos meses, por lo que han tenido que reinventarse, y el proceso para llegar a eso ha sido bastante duro.

Ambos son padres de cinco niños, por lo que sintieron mucha presión sobre sus hombros cuando se dieron cuenta de que ya no podrían realizar eventos por un largo tiempo. “Matías tiene 22 años y estudia Ingeniería Comercial en la Universidad de Talca, Vicente cursa segundo medio y Agustina octavo en el colegio La Salle. En tanto, Luciana de cinco y Mariano de cuatro años estudian en el jardín de infancia de la escuela waldorf Alywen”, detalló Paola. 



Paola contó que desde que llegó la pandemia a Chile y se cancelaron todos sus eventos, se bloqueó completamente, y si bién con su esposo mantienen una entrada monetaria, ya que, Rodrigo trabaja en el DAEM y ella es educadora diferencial, pensó en cómo iba a pagar la cara educación de sus hijos, a sus trabajadoras, el arriendo del local Paopin, y en definitiva, cómo iban a entregar lo que mejor sabían hacer, entretener... 


“El sábado 13 de marzo un día antes de que explotara la situación en el país, tuvimos el último evento, y de ahí en adelante comenzamos a notar que se venía mal la cosa, aumentaron los contagiados, y las medidas de resguardo, entonces todos nuestros clientes comenzaron a cancelarnos y empecé a ver todas las puertas cerradas. Luego de eso, estuve dos días muy melancólica, me bloque, pensaba en Paopin, primera vez en 22 años que nos pasaba algo así, una catástrofe que conllevaba un cierre indefinido”, contó entre lágrimas Paola.

Seguir ofreciendo alegría en tiempos de pandemia

A pesar de ese triste momento, pensó en que una empresa con tanta trayectoria, y compromiso, no podía decaer y recurrió a sus redes. Ofreció mascarillas impermeables a empresas con las que alguna vez había trabajado y le fue excelente. Seguido de aquello, venía Pascua y se le ocurrió ir a dejar huevos de chocolate a domicilio entregados por el mismísimo “Conejito de Pascua”. “Nosotros tenemos un disfraz hermoso que nadie más tiene, lo mande ha hacer tal cual yo lo quería. Entonces le dije a Rodrigo, y estuvimos todo el día domingo en eso”, contó. 


Después, pensaron en cómo seguir celebrando a las personas adaptándose al contexto mundial de una pandemia, entonces comenzaron a entregar desayunos a domicilio con productos hechos por ellos mismos. En algunas ocasiones acompañaban la entrega con la presencia de algún personaje del mundo infantil.


“Mi esposo Rodrigo ha sido un pilar fundamental, a veces el maneja y yo me disfrazo y viceversa. Ha sido increíble, te das cuenta de que a pesar de la tempestad si se puede salir de esto. Es algo que no voy a olvidar nunca. Esta pandemia llegó a sacar mi extrema creatividad, ahora busco en las cosas simples, estoy muy orgullosa”, contó emocionada.

Comenzar de cero con los cinco niños en casa

Para mantener una buena convivencia, Paola contó que desde hace un tiempo se distribuyen las tareas del hogar y designan días y horarios para llevarlas a cabo. “Por ejemplo, un lunes uno hace el baño, un martes el otro limpia la sala y el comedor, miércoles otro niño el patio, y así...”, detalló. 

La empresaria asumió que tener internet en la casa ha sido de gran ayuda porque eso ha permitido que sus hijos no dejen de interactuar con sus conocidos. No obstante, a los que les gusta salir a andar en bicicleta, o juntarse con amigos, se les ha complicado un poco más. 

“Al mayor le gusta salir, y solo ha ido a la casa de la polola con todas las medidas de resguardo y vuelve. Vicente se entretiene en sus juegos online, a Agustina le encanta hacer  Tik Tok y ha explotado su lado culinario. Los más chicos en tanto, son bastante creativos, hacen títeres, nos cuentan cuentos, ven películas, y juegan con todos los implementos que traen las maestras hasta la casa. También un día a la semana los más grandes deben dedicar tiempo a compartir con los menores”, relató Paola. Con respecto a sus estudios, todos compatibilizan sus tiempos entre las clases online, la entretención y la vida en familia. 


Consejos para sobrellevar una mejor convivencia

Muchos padres hoy se sienten frustrados tratando de que sus hijos no se estresen, se entretengan y estén felices para tener un buen ambiente en el hogar. Es por eso que Camila San Martín, psicóloga con experiencia clínica y educativa, compartió algunos consejos generales para mantener una mejor convivencia en la casa. 

“En importante que se duerma lo mismo que cuando se iba a clases, o al trabajo, también ducharse y ponerse ropa, no quedarse en pijama. Invitar a toda la familia a hacer ejercicios, realizar actividades que permitan aprender nuevas cosas: cocer, pintar, jardinear, etc. Pasar tiempo en medio de la la naturaleza, aunque sea en el patio, para así tomar aire y recibir luz solar. Preparar comida saludable, mantener frutas en la casa, no chatarra”, ejemplificó.



¿Cómo lidiar con las tareas en medio de la pandemia?


Con respecto al ámbito educativo, la profesional destacó que tanto los padres, como los niños se sienten confundidos con las nuevas modalidades que se están adoptando en medio de la emergencia, pero que es importante recurrir directamente a los educadores.

“Es fundamental comunicarse con sus profesores o educadores diferenciales directamente, hay que tener cuidado con los grupos de WhatsApp. Si observa que su hijo se siente agobiado con las tareas, permítanse avanzar paso a paso, organice horarios, que no esté todo un día en ello. Es vital conversar con ellos de lo que pasa en el país y en el mundo, debemos hablar de manera clara y honesta a nuestros hijos respecto de esta enfermedad, para que comprendan porqué es importante que no asistan a sus clases presenciales”, explicó.


Señaló que si se observa estrés en el niño o niña, se debe generar una rutina, si lo nota con ansiedad, preparen alimentos saludables, y si está irritable, negocie con ellos tiempos para hacer las tareas, y luego de aquello, permítales jugar”, señaló.

Finalmente, destacó que es muy positivo volver a jugar con ellos “como si fuéramos niños”. “Debemos incluir dos o tres veces por semana estos espacios y jugar al supermercado, cine, venta de dulces (dibujados), Uber entre otros”, propuso la profesional.


Madres: ¿Cómo encontrar un momento para sí mismas?

Las madres cumplen una labor fundamental en estos momentos, ofrecen contención y son un pilar fundamental en mantener una sana emocionalidad en los hijos. Muchas tienen que idear cómo entretenerlos mientras están fuera y otras trabajar con ellos encima mientras realizan teletrabajo, es por eso que la psicóloga, recomendó no cuestionarse tanto las cosas.

“Las invito a mirar desde afuera sus propias conductas, ya que, si están haciendo las cosas bien, tranquilas, pueden mejorar aquellas en las que sientan preocupación. Deben pensar primero en ustedes mujeres-madres como seres humanos únicos e inigualables que el amarse uno mismo permitirá generar conductas de un amor genuino para con los demás”, resaltó la profesional.

Para todas ellas ofreció algunas recomendaciones que pueden ser de su ayuda. “Quieranse, observen todo lo que han logrado. Hagan actividades que liberen energía, lean, escuchen música, bailen. Cuiden su tiempo de privacidad junto a sus parejas, organícense con sus tareas diarias, creen un ambiente armónico en el hogar, eso incluye tener un espacio específico para los niños, su propio rinconcito con juguetes, y actividades, echen a volar su creatividad, y lleguen a acuerdos con los miembros de sus familias”, destacó.




Violencia, la cara negativa del confinamiento

Finalmente, desde que llegó la pandemia a Chile, muchas familias han preferido o han tenido que acatar cuarentenas, y el estar en confinamiento ha mostrado una cara negativa de la convivencia, la violencia intrafamiliar. Los llamados a los números de ayuda y apoyo han aumentado significativamente, es por eso que la profesional hizo el llamado a transformar el miedo en fuerza.


“Se sabe que estas personas están inmersas en el miedo, pero apelo a que ese miedo que pueden tener a perder su vida, funcione como agente de acción para generar una conducta de protección, como lo es la de buscar ayuda, ya sea con su red de apoyo, o vía telefónica, localizar alguna institución que pueda entregarle dicha protección que busca”, concluyó. 

Carolina Cuevas, ministra subrogante de la Mujer y Equidad de Género, señaló que durante el mes de marzo, los llamados a Carabineros por violencia intrafamiliar aumentaron en un 20%. El problema es que muchas de esas llamadas quedan en nada, lo que revela la gran deuda del Estado a la hora de proteger a las mujeres chilenas.