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TENS que se quitó la vida en Chillán dejó una carta relatando que sufría acoso laboral

  • Miércoles 2 de junio de 2021
  • 10:49 hrs
Karin Salgado dejó una carta antes de quitarse la vida.

Karin Salgado dejó una carta antes de quitarse la vida.

Karin Salgado trabajaba en el Hospital Herminda Martin de Chillán, hasta finales del año 2019 cuando se suicidó a los 40 años.

El pasado 12 de noviembre de 2019, el suicidio de Karin Salgado conmocionó a Chillán, debido a que se desempeñaba como TENS en el Hospital Herminda Martin y a más de un año de su muerte se reveló que la trabajadora de la salud dejó una carta denunciando acoso laboral.

Los cercanos a la mujer de 40 años fue descrita por sus cercanos como una persona muy humana, con vocación de servicio, según consigna Biobíochile.

Varias familias tuvieron a sus hijos internados en la sección pediátrica y la recuerdan con cariño, donde hasta el día de hoy se pueden apreciar algunos mensajes en redes sociales destacando su compromiso.

No obstante, todo ese esfuerzo profesional se vino abajo en enero de 2018, cuando el hospital inició un sumario por una denuncia de hurto de insumos. En ese entonces ella fue llamada como testigo, pero terminó siendo castigada.

El duro proceso que enfrentó por esta acusación, quedó plasmado en una carta que Karin hizo llegar a las autoridades. “Me hicieron varias preguntas con respecto a la acusada, respondiendo de manera sincera como debe ser bajo juramento”, relató en el escrito, agregando que no podía asegurar que la TENS imputada era quien efectivamente había sacado algo.

Incluso señaló que era común que la enfermera jefe prestara las cajas de curaciones para ser devueltas al día siguiente, antes de que se realizara el conteo diario. Esos “préstamos” eran registrados en un libro, pero no estaban permitidos.

Sin embargo, el primer fiscal de ese sumario, actualmente director del Servicio de Salud Ñuble, le habría sugerido que omitiera esa declaración, para evitar perjudicar a su superior. “Qué van a decir tus jefas”, le advirtió, según indica en el escrito.

Minutos más tarde se encontró con su jefa directa, quien le enrostró haberla involucrado en el sumario, después de estar al tanto del comentario ante el fiscal.

Pese a que la conversación era secreta, le dijo que la jefa de enfermeras del hospital la llamó para “prevenirla”, debido a que podrían echarlas a ambas por el testimonio de Karin.

Considerando esa advertencia, se ofreció para decir que había sacado las cajas sin el permiso de su superior, por lo que la habían reprendido y que las había devuelto, pero sin cambiar el resto de sus dichos.

Tras ese incidente, en una segunda declaración, la TENS cumplió con su palabra, pero esta vez el fiscal se negó a reconocer que le había sugerido no mencionar el hecho que implicaba a su jefa. “En ese momento empieza todo mi calvario”, admitió Karin.

Luego de darse a conocer el sumario, la trabajadora de la salud pudo leer la declaración de su jefa, quien la catalogaba como una mala funcionaria, además de dar a entender que era “conflictiva” con las enfermeras.

A esto se le suma que su colega que estaba a cargo de los vales y del registro le habría dado la espalda, al declarar en los mismos términos que su enfermera jefa.

“Todo esto me llevó abajo anímica y psicológicamente, en mi trabajo no daba más ya que debía trabajar con la colega que me falló sabiendo que todo lo que yo decía era verdad”, indica en la carta.

El problema de Karin se acrecentó aún más al ver que las personas  cargo del sumario no ocultaban la cercanía que tenían con las enfermeras jefas, debido a que eran vistas compartiendo en las instalaciones del recinto hospitalario.

Además, la afectada denunciaba que la enfermera jefa le exigió a sus colegas que se relacionaran con ella y tomó represalias con quienes se atrevieron a apoyarla. “Si tú no dices que Karin estaba mintiendo, no vas a tener más reemplazos en el hospital”, la habría amenazado.

“Esto me ha hecho mucho daño al punto de llorar y sentirme vulnerable de estar frente a personas de mayor rango y, como se dice, el hilo se corta por lo más delgado”, agrega.

La situación empeoró

A inicios del año 2019, Karin fue trasladada hasta la bodega de farmacia, con el 50 por ciento menos de su sueldo. Mientras que su jefa recibió una amonestación.

Debido a que su nuevo sueldo no le alcanzaba para llegar a fin de mes, envió una carta a Contraloría para ser absuelta.

No obstante, cuando Karin supo que su apelación había sido rechazada, entre lágrimas de desconsuelo le comentó a sus cercanas: “Con esto me mataron”.

Debido a que el dinero que ganaba no le alcanzaba para vivir, cayó en una profunda depresión. A ese se sumó el hostigamiento de sus jefes, que incluso echaron a correr el rumor que ella había sido sorprendida robando.

De esta forma, en octubre de 2019 intentó suicidarse, ante esto, sus colegas solicitaron que el hospital le proporcionara ayuda profesional, por lo que consiguieron una hora con un psiquiatra, para un mes más tarde.

Luego de este episodio, Karin nunca más volvió a trabajar, debido a que su último turno fue el 11 de octubre de 2019, donde debió distribuir los medicamentos, insumos y suero por el hospital, lo que sin duda, era una función riesgosa, considerando su depresión.

Un mes después de este incidente, el 12 de noviembre del mismo año, Karin se quitó la vida.

Actualmente es su hermana quien lidera las acciones judiciales para exigir justicia por lo sufrido por Karin. De esta forma, el tribunal acogió la demanda y en septiembre comenzará el juicio, según consigna el citado medio.